La combinación de estas características de la luz, que tantos significados van a añadir a las imágenes, se agrupan bajo el término genérico de tratamiento de la luz.

Una luz frontal aplasta las figuras y les da un aspecto vagamente irreal; la iluminación posterior separa las figuras del fondo y agrega tridimensionalidad a la imagen; la luz lateral y la cenital, que se dirige de arriba abajo, acentúan volúmenes; y la luz de abajo a arriba puede producir deformaciones inquietantes o siniestras.

La luz, independientemente de su procedencia, es energía luminosa que incide en los objetos y su reflejo impresiona, estimula nuestra retina. La luz puede estar dentro de las imágenes, participar en el proceso creativo, o ser exterior y jugar sólo un papel en la percepción de las formas. Luces y sombras se capturan a través de los diversos tipos de cámara.

La luz puede determinar el significado de la imagen, mostrando de manera evidente algunas cosas y ocultando otras por medio de luces y sombras, es decir, crea atmósferas determinadas para producir muy diversas sensaciones.
Se pueden distinguir dos tipos básicos de iluminación: iluminación suave e iluminación dura.