Iluminación dura

La iluminación dura o de claro-oscuro, es un tipo de iluminación direccional que sirve para destacar las formas y contornos de las personas y objetos. Produce un fuerte contraste. Mientras que la luz dura o directa establece alteraciones bruscas, por su parte, la luz suave, facilita las mezclas poco contrastadas.


Hay tres elementos que condicionan la iluminación en un set: 1) el movimiento de los actores y objetos delante de la cámara, 2) la sucesión de un plano a otro y la continuidad de luz entre ambos, y 3) la rapidez de la sucesión de los planos que exige a la luz el papel de dar a conocer con precisión lo que sucede e interesa más de cada plano.

Sin embargo, cuando intentamos crear atmósferas ambientales para una producción audiovisual podemos recurrir a: la luz difusa, que se obtiene por medio de difusores y no produce sombras, distribuyéndose de forma uniforme; imita o refuerza efectos naturales de la luz ambiente. Y la luz directa, la cual produce sombras en los objetos y sombras proyectadas por éstos; se consigue el modelado de los volúmenes de los objetos produciendo sombras convenientemente estudiadas en su superficie, el dibujo de los contornos de los objetos con haces de luz directa que caen desde arriba y en dirección contraria al ángulo de la cámara, y el contraluz situando la cámara encarada hacia los haces luminosos.

En el arte de la iluminación encontramos tres estilos: 1) de manchas; consiste en distribuir por las superficies y perfiles del decorado, escasamente iluminado con una débil luz difusa, todo un conjunto de manchas luminosas, 2) de zonas; consiste en crear una serie escalonada de zonas de luz de mayor a menor luminosidad. Este sistema centra la atención, ayuda a expresar la distancia, y crea un ambiente, y 3) de masas; imita el efecto natural de la luz. No es preciso que el motivo esté constantemente iluminado.